miércoles, 9 de enero de 2019

calambres en las piernas


Los calambres musculares son contracciones repentinas o involuntarias de nuestros músculos y aunque aparentemente son inofensivos pueden llegar a imposibilitar temporalmente el músculo afectado, además de sentir picor o dolor. Suele ocurrirles a personas expuestas a demasiado ejercicio o trabajo físico y se debería considerar visitar un especialista en el caso de molestias intensas, hinchazón, enrojecimiento o cambios en la coloración de la piel. Los calambres están relacionados con la debilidad de los músculos, algo que les pasa a muchas personas no suelen mejorar ni con el cuidado personal. Puede ocurrirles sobre todo a personas mayores ya que pierden masa muscular, a personas con deshidratación, durante el embarazo o cuando la persona sufre afecciones relacionadas con la diabetes o los trastornos nerviosos, hepáticos o de tiroides. 

El calambre muscular puede llegar incluso a estar relacionado con alguna enfermedad que todavía no ha sido diagnosticada como: la falta de suministro de la sangre a ciertas zonas del cuerpo, comprensión de los nervios o la disminución de minerales, pero en la mayoría de los casos simplemente se trata de fatiga muscular o un pequeño problema nervioso. El consumo de determinados medicamentos diuréticos también pueden provocar que aparezcan los calambres musculares y que se suele confundir con el síndrome de las piernas inquietas. 

◄ Si sufres calambres en las piernas, sobre todo de noche o cuando duermes, es importante saber cómo puedes evitarlo o aliviarlo. En primer lugar, como opción más beneficiosa para tratar y evitar estos calambres tan incomodos, es recomendable darse un masaje de vez en cuando en las piernas ya que mejoran la circulación de la sangre, estimulan el sistema inmune, libera tensiones, alivian dolores relajando el sistema nervioso, relajan los músculos eliminando contracturas y ayuda contra la retención de líquidos. Algunas investigaciones muestran que vale la pena considerar el estiramiento muscular como alternativa para reducir la frecuencia de los calambres. 

 Cambia la postura de las piernas cuando estés en la cama. Hay ciertas posiciones que pueden evitar que el músculo de la pantorrilla se haga más pequeño, contrayéndose o tensándose cuando estás en la cama. Si duermes boca abajo, trata de que tus pies sobresalgan por el borde de la cama, eso los mantendrá en una posición relajada. Si duermes boca arriba, trata de asegurarte de que tus pies apuntan hacia arriba. Puedes lograrlo poniendo una almohada bajo la pierna o en el borde de la cama para elevar el pie y mantenerlo en su lugar. Ojo con la ropa de cama: mantener las sábanas sueltas puede ayudar a evitar que los pies terminen apuntando hacia abajo  mientras duermes, lo cual favorece la aparición de los calambres. 

◄ Durante el día si sufres de calambres en pie y pantorrillas trata de estirar los dedos del pie o pierna en dirección a la nariz, ya sea de pie o recostado y masajear al finalizar. Hacer un poco de ejercicio como la bicicleta unos minutos antes de ir a dormir también te puede ayudar a prevenir los calambres. y sobre todo usa zapatos cómodos, evita tacones altos que pueden tensionar los músculos de los pies y pantorrillas. El hormigueo, dolor o cosquilleo sobre todo en la parte inferior de las piernas se da en el caso de los que padecen SPI (síndrome de piernas inquietas), algo habitual en personas mayores. 

◄ Verifique sus medicamentos y sus electrolitos. Los medicamentos diuréticos como los usados para bajar la tensión, las estatinas que son medicamentos para el colesterol y los beta agonistas que son para enfermedades pulmonares crónicas que relajan los músculos de las vías respiratorias, pueden llegar a empeorar los calambres nocturnos. Si tienes bajos niveles de potasio, calcio y magnesio también, por lo que te podría ayudar una dieta rica en estos minerales: comer plátano, naranja, arroz integral, almendras, aguacate o espinacas. Y bebe suficiente líquido para que la deshidratación no provoque esos molestos calambres en la piernas. Los líquidos ayudan a que los músculo se contraigan y se relajen manteniendo las células musculares hidratadas y menos irritables. 

Todos estos son simples consejos de prevención, pero si tiene mucho dolor, no puede dormir o tiene cualquier otro síntoma, lo ideal es que visite a su médico de familia cuanto antes.